Corrían años tétricos
debajo de la alfombra, nada
detrás de las cortinas, nada
dentro del cenicero, nada
la calle era el último refugio.
Entonces aparecieron ellos.
Me hablaron con palabras amargas y dulces
me sacudieran hasta que se cayera hasta el último pero
me pusieron en bolas y me lavaron
me lavaron, me lavaron, me lavaron
hoy descorro el velo y parecen fantasmas
espíritus errantes decididos a erradicar el mal
a curar a los pobres enfermos.
Pero ojo,
porque estos paramédicos full time
no perdonan
si uno se rehúsa a tomar el remedio
y se convierten en ángeles de la venganza.
Te denuncian.
Te excomulgan.
Te clavan.
Entonces uno por fin comprende:
ésa es la cura
de toda enfermedad posible.
Regresar a la calle y volver a caminarla.
Regresar a la alfombra, las cortinas y los ceniceros.
Regresar a uno mismo.
El punto de partida.
Y así siempre.
Regresar a uno mismo!...a su esencia...
ResponderEliminarDe acuerdo en un 100%...